sábado, 14 de julio de 2007

Rilke - Cartas a un Joven Poeta

De la Carta IV - 16 de Julio de 1903

"Usted es tan joven, está tan lejos de toda iniciación, que quisiera pedirle, lo mejor que sé, querido señor, que tenga paciencia con lo que no está aun resuelto en su corazón y que intente amar las preguntas por sí mismas, como habitaciones cerradas o libros escritos en una lengua extraña. No busque ahora las respuestas: no le pueden ser dadas, porque no podría vivirlas. Y se trata de vivirlo todo. Viva ahora las preguntas."


"El pensamiento de ser creador, de engendrar, de plasmar", es nada sin la consiguiente gran confirmación y verificación en el mundo, nada sin la aprobación en mil formas distintas de animales y cosas; y su gozo es tan indescriptiblemente hermoso y rico porque desborda de recuerdos heredados de la concepción y del parto de millones de seres. En un pensamiento creador reviven mil noches de amor olvidadas que lo colman de grandeza y de elevación. Y aquellos que, de noche, se reúnen y entrelazan con mecida voluptuosidad, realizan un trabajo serio y acumulan dulzura, profundidad y fuerza para la canción de algún poeta que ha de venir y que surgirá para cantar delicias indecibles."

"Mitad" de Oswaldo Montenegro (Metade)

Me llegó de un hermano este poema de un poeta brasileño que, para ser honesto, no conocía. Me pareció notable. Aquí va...


Que la fuerza del miedo que tengo no me impida ver lo que quiero
Que la muerte de todo lo que yo haya querido no me tape los oídos ni boca
Porque la mitad de mí es lo que grito, pero la otra mitad es silencio.

Que la música que escucho a lo lejos sea linda, aunque triste
Que la mujer que yo ame sea siempre amada, aunque distante
Porque la mitad de mí es partida y la otra mitad es nostalgia.

Que las palabras que digo no sean escuchadas como una oración ni repetidas con fervor
Solamente sean respetadas como la única cosa que le queda a un hombre inundado de sentimiento
Porque la mitad de mí es lo que escucho, pero la otra mitad es lo que callo.

Que las ganas de irme se transformen en la calma y la paz que merezco
Que esta tensión que me corroe por dentro sea algún día recompensada
Porque la mitad de mí es lo que pienso, pero la otra mitad es un volcán.

Que el miedo a la soledad se aleje, y que la convivencia conmigo mismo sea por lo menos soportable
Que el espejo refleje en mi rostro la dulce sonrisa que recuerdo haber tenido en mi infancia
Porque la mitad de mí son recuerdos de lo que fui, y la otra mitad ya no sé...

Que no sea necesaria más que una simple alegría para aquietar el espíritu
Y que tu silencio hable cada vez más
Porque la mitad de mí es abrigo, pero la otra mitad es cansancio.

Que el arte nos apunte una respuesta, mismo que ella no la sepa,
Y que nadie la trate de complicar, porque es necesaria simplicidad para hacerla florecer.
Porque la mitad de mí es el público, y la otra mitad es canción.

Que mi locura sea perdonada,
Porque la mitad de mí es amor, y la otra mitad... también.